Izmir, tercera ciudad más grande de Turquía, llamada Perla del Egeo, ha sido planeada de tal manera que a pesar de su tamaño se ha conseguido evitar el ambiente caótico de las metrópolis. Se encuentra en el comienzo de un golfo largo y estrecho y es famosa por su clima encantador y sus habitantes hospitalarios.
El origen de su nombre proviene de un pasaje mitológico, cuando la esposa del rey de Chipre afirmó que su hija Esmirna era más bella que la propia Afrodita. Como castigo a su posible rival, Afrodita hizo que la joven se enamorara de su padre y una noche en que éste se acostó borracho la chica se metió en su cama. A la mañana siguiente, cuando el rey despertó y vio a su hija a su lado, la agarró, airoso y la expulsó del palacio, para luego seguirla hasta el campo y quitarle la vida con su propia espada. Pero según cuenta la leyenda, en el momento en que iba a asesinarla, Afrodita convirtió a la joven en un árbol de mirto, que el rey dividió en dos mitades; de una de las cuales nacería Adonis.
La ciudad de Izmir es uno de los asentamientos más antiguos de la cuenca del Mediterráneo. Excavaciones de la última década indican dos niveles prehistóricos, que apuntan a asentamientos neolíticos y calcolíticos. De aproximadamente el tercer milenio antes de Cristo se presume el asentamiento de Bayraklık, donde se fundó la antigua Esmirna. Para el año 1500 a.C., la región cayó bajo la influencia del Imperio Hitita de la Anatolia Central. Para entonces, despuntaba ya como una de las culturas más avanzadas de la región, a la par de Troya, que pasaría a ser una de las ciudades más importantes de la Federación Jónica en el primer milenio, supuesta cuna y residencia del poeta Homero.
Entre el 600-610 a.C., Esmirna fue conquistada por los lidios, hasta el siglo IV a.C., en que los persas tomaron el control y construyeron una nueva ciudad en Kadifekale, por los tiempos de la conquista de Alejandro Magno. Desde el siglo I a.C. al 1415 de nuestra era, la ciudad fue conquistada por bizantinos, selyúcidas y finalmente por el sultán otomano Mehmet Celebi.
El puerto de Izmir es el segundo más grande de Turquía, lo que ha otorgado a la ciudad un toque de prosperidad y modernidad. Es alegre y cosmopolita durante todo el año, especialmente durante el Festival Internacional de Arte en junio-julio y la Feria Internacional en agosto-septiembre.
Existen algunos museos en Izmir, que pueden ser de interés. El Museo Arqueológico es uno de ellos, situado en la Plaza de Konak, con las estatuas de Poseidón y Deméter. Junto a él se encuentra el Museo Etnográfico, que cuenta con una amplia colección de artefactos folclóricos, alfombras de Bergama y Gordes, trajes típicos y bridas de camellos. El Museo Atatürk, ubicado en la calle del mismo nombre, cuenta con la colección de fotografías de Mustafa Kemal Atatürk y sus pertenencias personales. El Museo de Bellas Artes se encuentra también en Konak y exhibe una exposición permanente de famosos y clásicos pintores turcos, mientras el Museo de Arte Selçuk Yaşar, en la Avenida Cumhuriyet, abarca una representación de la plástica nacional del siglo XX. Por otra parte se encuentran el Museo de Historia Natural y el Jardín Botánico de la Universidad de Ege en Bornova.
Templos y ruinas también pueden ser apreciados en Izmir, como el dedicado a Atenea, en Bayraklık o las reminiscencias del Castillo de Kadifekale, construido por Lisímaco durante el reinado de Alejandro Magno. De ese mismo período proviene el Ágora de la Plaza Namazgah, aunque sus ruinas nos remiten a Marco Aurelio, quien la reconstruyó tras un terremoto en el año 178 A.D. De la ingeniería romana persisten los acueductos de Sirinyer y Yesildere. Pueden apreciarse también: la Iglesia de San Policarpo, que representa una de las Siete Iglesias del Apocalipsis; la Torre del Reloj (Saat Kulesi) en Konak, el barrio judío de Asansör, las calles Darío Moreno y Havra, el Monumento de Atatürk y las zonas de Karsiyaka y Alsancak, de abundantes bares, cafés y discotecas.
Entre las mezquitas que vale la pena visitar en Izmir se encuentran la Mezquita de Hisar, construida en el siglo XVI, o las de Salepcioglu, Sadirvan y Kemeralti, ubicadas cerca del barrio del mismo nombre, en donde son muy comunes los higos secos que han hecho popular a la región.
El parque más popular en Izmir es el de la Cultura (Kültür Park), sede de la Feria Internacional, si bien existen parques de diversiones, zoológicos, restaurantes, teatros, bibliotecas y hermosos jardines. En Karsikaya, por ejemplo, se encuentra el Parque Adnan Saygun, con un anfiteatro para conciertos y presentaciones y destacan además otros como el Parque Museo al Aire Libre, el Parque de los Derechos Humanos, el de Muammer Akso y el recreativo Turgut Ozal, en Bayraklık.
Uno de los lugares más interesantes para visitar es Balcova, donde se encuentran los mayores baños termales de Turquía. Hay hoteles alrededor, concebidos para el termalismo, y se ofrecen baños de barro y hierbas, saunas, parafina, cuidado de la piel, masajes y ejercicios supervisados con profesionales especializados en reumatismo, dolores de articulaciones y otras afecciones ortopédicas y neurológicas.
A 15 kilómetros de Karsiyaka se encuentra Camalti, zona protegida por ser una reserva ornitológica, conocida como el Paraíso de las Aves de Izmir y en donde abundan numerosas especies, como flamencos y pelícanos.
La provincia de Izmir y su capital están muy bien conectadas y son fácilmente asequibles por aire, mar, carretera o vías férreas. Izmir se encuentra a 90 kilómetros al norte de Kuşadası, importante puerto turístico y ruta de cruceros. Los autobuses están disponibles cada 30 minutos. Se puede visitar la ciudad en un tours privados diarios.