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La Basílica de San Juan

En su crucifixión, Jesús le pidió a su amado discípulo Juan que cuidara de su madre, por lo que tras la muerte de Jesús Juan llevó a la Virgen María a Éfeso y allí se establecieron. Juan fue martirizado bajo el mandato del emperador Trajano.

Se ha discutido mucho acerca de si Juan el Apóstol se confunde con San Juan el Teólogo, de cuyo nombre, Sofía Teología, se derivó el nombre turco primeramente del pueblo y luego exclusivamente de la colina, Ayasuluk. Una pequeña iglesia en esa colina fue dedicada a él en la AD 2C, sustituida en el 6C por una gran basílica construida por el emperador Justiniano, cuyas impresionantes ruinas aún son visibles.

La basílica tenía una planta cruciforme, con cuatro cúpulas a lo largo de su eje longitudinal y un par flanqueando la cúpula central, para formar el brazo de la cruz. Bajo la cúpula central estuvo la tumba sagrada de San Juan. Los peregrinos han creído que el polvo fino de su tumba tiene poderes mágicos y curativos. En el ábside de la nave central, más allá del transepto (nave transversal que en las iglesias cruza perpendicularmente a la principal) se encontraba el synthronon (filas de asientos semicirculares para el clero). Para el transepto norte se adjudicó el tesoro, que se convirtiera luego en una capilla. El baptisterio es de un período anterior y ahora se encuentra al norte de la nave.

La ciudadela en la cima de la colina Ayasuluk es una construcción bizantina, extendida más tarde por los selyúcidas. En la ladera de la colina se encuentra la Mezquita de Isa Bey, representante del período del principado de Aydınoğlu y construida por Isa Bey, nieto del fundador del Principado. Este es el primer ejemplo conocido en Anatolia de una mezquita que cuenta con un patio porticado y piscina, a la vez que con columnas y crucero, por lo que viene a ser un perfecto exponente de la sucesión de religiones: templo pagano, iglesia cristiana y mezquita musulmana.

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